Este conjuntos de frescos son considerados como la obra maestra de Giotto. Fueron encargados por Enrico Scrovegni, un poderoso terrateniente florentino, con el objetivo de decorar la capilla particular de la familia en Padua. Este hecho representaba un paso adelante en el mecenazgo del arte, que ya no dependería exclusivamente de la Iglesia ni de las instituciones para su subsistencia.
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La pintura se estaba convirtiendo en un artículo de lujo que comenzaba a tener una demanda notable por parte de la burguesía, la cual quería hacer ostentación de su poder económico. Los palacios, las capillas, etc., se convertirían en nuevos ámbitos para la labor de los artistas, que ya no se vieron limitados a los edificios de carácter religioso. Se generó una modificación sustancial en los temas representados, tal y como pasó con la escuela flamenca, los nuevos motivos respondían a los centros de interés de la burguesía (su forma de vivir, el ámbito familiar, las gestas heroicas, etc.).
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La función de los frescos de la colección de la capilla Scrovegni es claramente decorativa, pese a estar inspirados en motivos religiosos. Cuando Enrico Scrovegni encargó la construcción de la capilla lo hizo, siguiendo la costumbre de la época, como expiación por las acciones de su padre, un famoso usurero.
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3 comentarios:
Jooo es preciosa...gracias por ponerla... UN beso majo
Vasari consideraba a este pintor como el necesario eslabón en el "redescubrimiento" de la buena pintura;
¡estoy de acuerdo con Vasari!
Ufff, a mí Vasari & co. aún me vienen muy grandes, aún no he dado yo a esta gente en clase... jejeje
Aún así... ¡¡Viva Winckelmann!!
Saludos!
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