miércoles, 26 de noviembre de 2008

Las hilanderas

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Explicado en una entrada anterior el mito de Europa haremos un breve análisis de esta obra velazqueña a partir de los cuatro planos comenzando por el cuarto, que corresponde al lienzo de Rubens y Tiziano, el tercero que habla de la fábula de Aracné, el segundo, perteneciente a las jóvenes que se encuentran de espectadoras y por último el que es de las mujeres que dan el nombre al cuadro.
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Uno de los recursos más populares del Barroco fue el de incluir un cuadro dentro de otro y que en Las hilanderas Velázquez convirtió un lienzo ya existente (el rapto de Europa de Rubens) en un tapiz. Y, para añadir mayor complejidad, no lo pintó en su totalidad, sino que sólo dejó entrever una parte del mismo. El artista revela la parte más colorista, más iluminada, el lugar sobre el que se acaban posando los ojos del espectador al contemplar la obra. Velázquez copia un cuadro de Rubens, que a su vez, lo había copiado de Tiziano. El pintor sevillano, con este guiño, se situaba a sí mismo como digno sucesor de los dos grandes maestros que fueron, como él, pintores favoritos de la casa de Austria. El mensaje era complejo y poquísimos espectadores de su época podían entenderlo: sólo aquellos que tuvieran acceso a la pinacoteca de Felipe IV habían visto el rapto de Europa en sus dos versiones.
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En el tercer plano se nos cuenta la fábula de Aracné. Según las Metamorfosis de Ovidio, como no, Aracné era una joven de Lidia, muy orgullosa y con un gran talento para tejer: estaba dispuesta a retarse en su arte con la mismísima Minerva, diosa de la sabiduría y patrona de los tejedores. Un día, una anciana le aconsejó que fuera más modesta y Aracné montó en cólera. La vieja resultó ser Minerva disfrazada, hecho que se alude en el primer plano con la mujer de la izquierda, (su pierna al aire no se corresponde a la edad), que tras desenmascararse aceptó el reto. Para el concurso, Aracné tuvo la osadía te dejer tapices en que se veían los engaños y deshonras de los dioses, entre ellos el rapto de Europa. Minerva quedó indignada y destrozó sus tapices y la convirtió en una araña condenandola a tejer de por vida.

de Velázquez (1559-1660)

Las tres damas, una de las cuales mira con complicidad al espectador, son quizá los personajes cuya identidad suscita mayor controversia. Algunos autores ven en ellas al jurado que debía discernir quién era mejor tejedora, otros creen que Velázquez, en Las Hilanderas, introdujo de manera críptica un tema muy popular en la literatura del siglo XVII: los pecados de los príncipes, un tema muy propio para un cuadro que, precisamente, no estaba ejecutado para Felipe IV. En este sentido, las tres damas representarían el pecado carnal y se corresponderían con Leucosa, Parténope y Ligia, las sirenas que embaucan a los hombres. De hecho, una de ellas sostiene una viola, un instrumento musical que aturde con sus melodías. La fábula de Aracné se serviría, por su parte, para ilustrar el pecado de la soberbia.

Y por último, en el primer plano, aparece el engaño. Las hilanderas no tendrían que estar aquí, en el siglo XVII la hilatura y el tejido no se realizaban en el mismo taller. Velázquez fuerza la situación y yuxtapone el arte (tapices) y la artsanía (el tejido). Las hilanderas son las figuras de mayor tamaño, pero están preparadas para que el ojo del espectador salte sobre ellas y se pose en lo importante, el fondo. En la estancia del fondo, Vel´zquez alude a Tiziano, tanto al utilizar El rapto de Europa como al ejecutar la escena con tanto colorido. El veneciano fue el maestro del color, mientras que su coetáneo rival, Miguel Ángel, lo fue del disegno. Velázquez utiliza a las hilanderas para homenajear a éste último: la pose de la anciana de la rueca y la de la muchacha de espaldas se inspiran en dos desnudos de la Capilla Sixtina.

El sevillano se revela capaz de dominar las dos grandes técnicas de la pintura. Y no sólo eso, al captar el giro de los radios de la rueca alude a una teoría que dejó escrita el romano Plinio el Viejo en su Historia Natural: "la perfección de un artista se demuestra al saber transmitir la ilusión de movimiento en las ruedas de un carro".

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7 comentarios:

Zinquirilla dijo...

Explicáis muy bien los cuatro planos que se superponen. Una vez más el genio velazqueño nos muestra la atmósfera del ambiente. En este cuadro además las pinceladas sueltas es todo un prodigio.

Dos curiosidades: el pentimento en una de las cabeza de la muchacha y que el cuadro se ampliara en ese óculo del fondo.

Gracias por invitarme a seguir el blog, os invito a pasaros por los míos.

Un saludo.

Rafa dijo...

Si es que... Sevilla es una maravilla y de Sevilla han salido algunos de los mejores pintores de este país!

Tú blog de bibliotecaria fue el que ganó el concurso de 20minutos no?

Saludos

Rafa

mangeles dijo...

NIÑO VAYA TRABAJITO...TE LO HAS CURRADO EHH...este finde me voy a dar una vuelta por el PRADO y voy a volver a ver LAS HILANDERAS...y voy a fijarme en lo que nos cuentas.

Un beso

Rafa dijo...

Jajajaja
Claro, mírala ella! Como está en Madrid pues si se aburre puede irse al Prado a pasar la tarde! Vaya morro!!
Pues en la parte de Rubens también está el del rapto de Europa, has ido alguna vez al Prado e intentado hacer fotos de estrangis??
Es muy divertido!! Ale! A pasarlo bien y a ver la exposición de Rembrandt y de escultura, que está el festín de Belsasar que lo comenté hace unos días.

Rafa

Zinquirilla dijo...

No ganó, aunque quedó en tercer lugar.

Xari dijo...

Oyeeee!! No se hacen fotos!!! Que se estropean los cuadros! Te lo has currao tela eh??? Besos.

Rafa dijo...

jajajaja, pero si las hago sin flash y con mucho disimulo!! donde diga que está prohibido hacer fotos es donde oigo esa vocecita interior que me dice HAAAAZ FOTOOOOS, HAAAZ FOTOOOOOOOS!!! jejejeje