miércoles, 10 de diciembre de 2008

El almuerzo de los remeros

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Al comenzar este cuadro, en verano de 1880, Renoir es consciente de lo ambicioso de su proyecto. Le escribe a Bérard "Estoy en Chatoy [...] Pinto un cuadro de remeros qu eme tentaba desde hacía tiempo. De vez en cuando hay que intentar cosas que estén por encima de las propias fuerzas". En realidad, el albergue Fournaise con su atmósfera de fiesta, su tumulto bullicioso y colorido inspirará a Renoir una de las obras más importantes del movimiento impresionista.
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Este lienzo evoca ciertos elementos, aunque adaptados al mundo profano, de uno de los cuadros preferidos del pintor, Las bodas de Caná, del Veronés, ante el cual pedirá que le lleven en el último año de su vida. Aquí, el clima de alegría popular se asemeja al del Baile del Moulin de la Galette, pero en cinco años la facutra ha cambiado. Si bien es cierto que, siguiento su costumbre, Renoir representa a sus amigos y a los clientes habituales de este establecimiento, ahora ya no los funde en la atmósfera con miles de pinceladas centelleantes y reencuentra un cierto respeto por la nitidez de las formas.
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de Renoir (1841-1919)

Su composición se ordena siguiendo dos diagonales. Una de ellas agrupa a los hombres en camiseta, arquetipos del remero. La otra va desde el faldón izquierdo del mantel hasta el lado derecho del fondo y crea así un efecto de profundidad. En su intersección destaca la mesa del almuerzo, motivo de esta reunión de múltiples personajes, en tanto que naturaleza muerta.
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Un rayo de sol ilumina a Alin Charigot, por aquel entonces compañera de Renoir y que más tarde se convertiría en esposa y madre de sus tres hijos. Aline es toda frescura y sensualidad con su sombrero adornado de amapolas, cuyo rojo se repite en el toldo que baña la terraza de tonos cálidos. Detrás de ella, el hijo de los Fournaise parece contemplar la animada reunión. Acodada en la barandilla, su hermana Alphonsine escuha con un aire al barón Barbier.

En la parte anterior del cuadro, la naturalidad de Aline contrasta con la sofisticación de la muchaca de la derecha, la elegante actriz Ellen Andrée, que, bajo la mirada atenta del periodista Maggiolo, parece dirigirse a su joven vecino, que dirge su mirada hacia el frente, en lugar de hacia ella. En la parte posterior aparecen, ligeramente borrosos, una mujer llamada Angèle bebiendo, un hombre con sombrero de copa y Lestringuez y Lhote, amigos de Renoir, que bromean con la actriz Jeanne Samary. Rodeados por este marco de verdor, los ditintos grupos se integran dentro de esta atmósfera alegre y distendida que confiere unidad a la escena.

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2 comentarios:

mangeles dijo...

Me gusta mucho RENOIR...y me gusta mucho este cuadro...no sabía que los personajes fueran sus amigos y familia...

Besos

Duncan de Gross dijo...

Lo que más me gusta de esta obra es su captación fotográfica, es ideal. Un Saludo!