martes, 18 de noviembre de 2008

Apoteosis de Homero

-
de Jean-Auguste Dominique Ingres (1780-1867)
-
¡Oídme todos, dioses y diosas, para que os manifieste lo que en el pecho mi corazón me dicta! Ninguno de vosotros, sea varón o hembra, se atreva a transgredir mi mandato, antes bien, asentid todos, a fin de que cuanto antes lleve al cabo lo que me propongo. El dios que intente separarse de los demás y socorrer a los teucros o a los dánaos, como yo le vea, volverá afrentosamente golpeado al Olimpo; o cogiéndole, lo arrojaré al tenebroso Tártaro, muy lejos en lo más profundo del báratro debajo de la tierra —sus puertas son de hierro y el umbral, de bronce, y su profundidad desde el Hades como del cielo a la tierra— y conocerá en seguida cuánto aventaja mi poder al de las demás deidades. Y si queréis, haced esta prueba, oh dioses, para que os convenzáis. Suspended del cielo áurea cadena, asíos todos, dioses y diosas, de la misma, y no os será posible arrastrar del cielo a la tierra a Zeus, árbitro supremo, por mucho que os fatiguéis, mas si yo me resolviese a tirar de aquella os levantaría con la tierra y el mar, ataría un cabo de la cadena en la cumbre del Olimpo, y todo quedaría en el aire. Tan superior soy a los dioses y a los hombres. (Ilíada, Canto VIII)
-

1 comentario:

Rafa dijo...

Oooh Zeus!! cuan humilde y benévolo eres!!

Un pobre tarraconense implora tu salvación y a ti gran Atenea te pide le transmitas sabiduría y templanza para enfrentarse mañana a un examen de historia moderna!! Oh Atenea y Marte!! Cuánta belicosidad hubo en la tierra por culpa de católicos y protestantes! Españoles contra franceses!! Y el buen Borbón que era hugonote dijo en buena hora... "París bien vale una misa" y hemos aquí al primer Borbón que sentóse en el solio de Francia!

Viva Enrique IV!!


(Delirios de un estudiante...)