lunes, 29 de septiembre de 2008

Mosaicos de Justiniano y Teodora

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Lo que llama la atención de estos dos mosaicos es la amplia gama cromática conseguida a partir de una gran variedad de teselas hechas de materiales vidreos o dorados. Las formas son precisas y están configuradas con piezas muy pequeñas. En contraste con las escenas mucho más sobrias del Antiguo y el Nuevo Testamento, que también son presentes en el programa iconográfico de la Iglesia, los creadores de estos mosaicos reflejaron gran lujo, especialmente en el mosaico de Teodora y su corte, donde se puede observar túnicas valuosas, brazaletes, anillos y peinados de una gran riqueza y complejidad. Las figuras son majestuosas, sobretodo la del emperador y la de su esposa, que llevan una aureóla como señal de divinidad. Para destacarlos de los otros personajes centrales la pareja tiene uns vestidos más oscuros y unos rasgos faciales mucho más personalizados.
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(Autoría desconocida-Cronología 547 d.C.)



Estos mosaicos los encontramos en las paredes del ábside de San Vitale de Rávena y representan al emperador y a su mujer con su respectivos en el momento de consagrar la nueva Iglesia. El primer mosaico es presidido por Justiniano con un recipiente de oro en las manos, su ofrenda, a su lado aparece Maximiano, el obispo de Rávena, y es acompañado por tres miembros más de la Iglesia que simbolizan el clergado, y al lado izquierdo dos generales, el de la barba es Belisario, el general que conquistó Rávena, que simboliza el apoyo del ejército. Un soldado lleva un escudo que ilustra la cruz del crismón del Salvador, emblema de Constantino, primer emperador romano que aceptó el Cristianismo. En cada extremo del mosaico, y por tal de delimitarlo, hay dos ricas columnas corintias.
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El mosaico de de Teodora y su corte, gemelo del anterior, muestra la ofrenda de Teodora, ricamente cubierta de pedrería y rodeada por un séquito de damas y eunucos. Para dar una idea del esplendor de la corte, el mosaico también incluye cortinas de fondo. La puerta por debajo de la cual pasa el grupo sirve para producir una sensación de movimiento. Los artistas demostraron la maestría consiguiendo dotar de expresión las caras: si Teodora exhibe magnificencia y determinación, Justiniano transmite autoridad. Las figuras son planas y alargadas, unas características que, junto con los ojos de mirada fija que recuerdan el período arcaico griego, se traducen en un marcado hieratismo y en una atmosfera irreal.
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2 comentarios:

Pilar Álamo dijo...

Muy interesante.
Estos mosaicos de Ravenna completan la idea del arte bizantino con la maestría de sus expresiones. Son figuras únicas en la historia del arte. Y el complemento está en el mausoleo de Gala Placidia ¿estás de acuerdo?

Pilar Álamo dijo...

Por cierto, me parece un blog de muy buen nivel. Estoy encantada de haber descubierto este espacio, enhorabuena