Almiares por la mañana, final de verano

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Los almiares consagran la aparición de la serie. El pintor desgrana almiares a lo largo de las estaciones, pero también de los días y hasta de las horas. En este conjunto de veinte lienzos, lo que fascina al pintor es la textura de los almiares y su metamorfosis con cada variación de la luz. Este sol invisible de un determinado instante proyecta en su tela su sombra matinal.

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de Claude Monet (1840-1926)

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Tres franjas paralelas sirven como telones de fondo: una más estrecha para el cielo, otra más aborregada para la vegetación y una tercera más rugosa para el rastrojo donde la gradación de verdes se mezcla con el rosa. Una bruma ligera sobre el valle del Sena indica que estamos a finales del verano. El calor acumulado por el trigo se desprendo a través de los colores cálidos: una gama increíble de anaranjados mezclados con púrpura, violeta y rosa que se oscurecen en las partes más sombrías. El movimiento procede de las sombras: una rodea la base del almiar, la otra se extiende en una capa oscura.

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