-
Vincent realizó diferentes versiones de este célebre cuadro, que representa su habitación en la Casa Amarilla en Arles. Según el propio artista mirando el cuadro "uno debería dejar descansar el cerebro o, mejor dicho, la imaginación". Al contrario que la mayoría de sus cuadros, como el "Café por la noche", Vincent escogió tonos tenues y el acorde principal de ocre y azul tiene sin duda un efecto tranquilizador sobre el observador. El espacio, abierto a nuestra mirada, parece acogernos, invitando al silencio y al recogimiento.
-
de Van Gogh (1835-1890)
-
Todos los objetos (las sillas, la mesita, los cuadros de las paredes) se dirigen hacia el interior, mientras la ventana cerrada del fondo y las dos puertas de los lados eliminan cualquier riesgo de claustrofobia perceptiva. Incluso el color está aplicado de forma lisa, sin recurrir a las pinceladas espesas y pastosas ni a los toques breves y enérgicos tan característicos de su arte. Vincent, en suma, ha representado una isla feliz, el ideal doméstico, ordenado armonioso que respondía quizá a sus deseos pero no desde luego a sus inclinaciones. Los pocos objetos personales, los cuadros, la servilleta colgada, la colcha roja, la jarra de agua sobre la mesa, contribuyen a dar a la estancia el aspecto de un lugar que muestra el carácter de su habitante, una morada llena de paz que el pintor raras veces halló en vida.
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario